El aumento de la esperanza de vida experimentada en los últimos
años debido a las mejoras de las condiciones higiénico-sanitarias y al desarrollo
económico y social, ha dado lugar a un envejecimiento progresivo de la población.
En la década de los 90 se ha producido un crecimiento intenso de la población
anciana, que se va estabilizando a partir del año 2000.
Es importante tener en cuenta la discapacidad como
complicación de muchas enfermedades crónicas, y a las que se suelen añadir las
limitaciones físicas, sensoriales y cognitivas, propias del envejecimiento. Este
grupo de pacientes inmovilizados y discapacitados al que le es imposible acudir
a los centros sanitarios, suponen una gran carga de trabajo para el personal
sanitario y familiar.
La atención domiciliaria es el tipo de asistencia o cuidados
que se presta en el domicilio a aquellas personas y a su familia que, debido a
su estado de salud o a otros criterios previamente establecidos por el equipo
interdisciplinar, no pueden desplazarse al centro de salud.
En relación con la apuesta de los hospitales por ocupar el
espacio de la atención domiciliaria, asistimos a la creación de numerosas
unidades que desde el hospital envían a los equipos al domicilio de pacientes
con un problema determinado.
El médico de familia y los restantes profesionales de
atenciñon primaria deberán asumir el reto de una atención integral, indivual y
familiar a los enfermos crónicos, inmovilizados y terminales. Tendrán que
realizar estas actividades:
-
Diagnóstico del problema clínico, planificación de
actividades terapéuticas y del control de la medicación, de cuidados, de
rehabilitación, etc.
-
Transferir lo clínico a lo psicosocial, estableciendo peculiaridades
de la topología psicosocial y las fases cronológicas de la enfermedad.
-
Estudiar el problema clínico y psicosocial en el
contexto familiar, analizando las repercusiones de la enfermedad crónica del
mayor sobre la familia, y viceversa, evaluando de forma especial las
repercusiones sobre la organización y función familiar.
-
Análisis de la carga de trabajo que sufre la cuidadora
principal y las repercusiones sobre su salud y sobre sus actividades laborales,
económicas y sociales.
-
Evaluación de los apoyos informales y la necesidad de
utiliar los recursos formales de la comunidad.
-
Identificación de ancianos y familias de riesgo.
-
Realizar el diagnóstico (hipótesis sistémica) y decidir
la intervención.
-
Planificar el seguimiento del proceso clínico-familiar
y de las visitas domiciliarias programadas.
Familia de riesgo sociosanitario es aquella que tiene una
persona mayor con una enfermedad crónica, en la que por el tipo de problema de
salud, la situación cronológica de la enfermedad, la importancia de la
discapacidad y, de forma especial, la presencia de problemas en la función y
organización de la familia o la existencia de problemas socioeconómicos
requiere una intervención sanitaria, sociosanitaria o social de emergencia.
Bibliografía:
L. de la Revilla y J.M. Espinosa Almendro. La atención
domiciliaria y la atención familiar en el abordaje de las enfermedades crónicas
de los mayores. Aten Primaria. 2003; 31(9):587-91. Disponible en: http://www.elsevier.es/sites/default/files/elsevier/pdf/27/27v31n09a13048141pdf001.pdf
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