miércoles, 23 de mayo de 2012

El estreñimiento en el anciano



El estreñimiento es la evacuación de heces excesivamente secas, escasas o infrecuentes (menos de 2 deposiciones a la semana) y tiene una relación de 2,2 a 1 del hombre.
Las causas más importantes del estreñimiento en pacientes geriátricos son los siguientes:
-          Inmovilidad: se ha descrito que en adultos estreñidos y sedentarios que, con el ejercicio físico se mejora el patrón defecatorio y el tiempo de tránsito colónico. En los ancianos frágiles encamados y con síndrome de inmovilidad se ha visto que el tiempo de tránsito colónico puede estar muy prolongado.
-          Factores locales anales o intestinales.
-          Toma de fármacos para el tratamiento de la comorbilidad.
-          Alteraciones de metabólicas, endocrinas y neurológicas.

La complicación más frecuente es la impactación fecal o fecalota, definido como acumulación de heces en la ampolla rectal. En muchas ocasiones está favorecida por la deshidratación de las heces por la reabsorción del agua. Estos fecalotas pueden llegar a adquirir consistencia pétrea, y se manifiestan por dolor y bloqueo anal al defecar, con sensación de plenitud. Puede manifestarse como seudodiarrea o incontinencia fecal por rebosamiento. Se trataría de aquel paciente que, tras defecar una pequeña cantidad de heces sólidas, enseguida vuelve a manchar su ropa interior o su pañal, ya que se produce una distensión de la ampolla rectal y una disfunción del esfínter anal que provoca escapes habitualmente de heces líquidas de forma continua. La impactación fecal puede presentarse en un paciente anciano frágil como una incontinencia urinaria de novo.

El tratamiento del estreñimiento podrá ser de manera farmacológica y no farmacológica. En el tratamiento no farmacológico habrá que aumentar la ingesta de líquidos y el consumo de fibra vegetal en la dieta, hasta 20-40 g al día en este último caso. Se debe promover el ejercicio en los ancianos con movilidad conservada, así como potenciar la musculatura abdominal. Si es posible, hay que retirar los fármacos que provoquen estreñimiento. Hay que procurar establecer unos hábitos de entrenamiento intestinal, como por ejemplo establecer un horario regular, con unas rutinas que permitan aprovechar el reflejo gastrocólico en un entorno favorable. La inhibición voluntaria del reflejo defecatorio dificulta el tratamiento del estreñimiento. 
En los ancianos incapacitados pueden ser útiles los masajes abdominales manuales.
El tratamiento del fecalota consiste en su retirada mediante supositorios o enemas de limpieza si la acumulación de heces es blanda. Si la masa fecal es de consistencia pétre, el tratamiento será la fragmentación digital y la extracción manual, siempre con premedicación analgésica-sedante y abundante crema lubricante, preferiblemente de tipo anestésico.
En el tratamiento farmacológico será usado para complementar el no farmacológico o porque éste no ha sido suficiente.
Existen los formadores del bolo intestinal, como el salvado de trigo, ispagula y metilcelulosa. Son coloides hidrófilos que aumentan su volumen al absorber agua, con lo que se incrementa la masa fecal, y posiblemente aumentan la secreción intermitente de sales biliares, y se consigue un efecto catártico. Son seguros a largo plazo y están contraindicados en pacientes con impactación fecal u obstrucción intestinal.
Los estimulantes de la motilidad intestinal son laxantes para ser usados ocasionalmente, es conocida su capacidad de crear tolerancia y dependencia y el riesgo de causar colon catártico. Hay tres grandes grupos, las antraquinonas, los derivados del difenilmetano y el picosulfato.
Los osmóticos son sustancias pobremente absorbidas que retienen agua en la luz intestinal debido a su actividad osmótica. Esto hace más líquidas las heces y se aumenta el peristaltismo intestinal, hay tres grupos:
-          Salinos
-          Hidratos de carbono no absorbibles
-          Polietilenglicol
Los laxantes lubricantes y emolientes (ablandadores). Su mecanismo de acción se lleva a cabo por sus propiedades detergentes que disminuyen la tensión superficial y favorecen la entrada de agua, y por su mezcla con los lípidos de las heces.
Los laxantes por vía rectal tienen como mecanismo de acción el estímulo del peristaltismo secundario a la distensión del colon junto a la acción específica del producto administrado. Así, los laxantes salinos ricos en fosfatos por vía rectal tienen efecto osmótico.

Bibliografía:
Mascaró J.; Formiga F. Valoración y tratamiento del estreñimiento en el anciano. Rev Esp Geriatr Gerontol. 2006;41(4):232-9. Disponible en: http://www.elsevier.es/sites/default/files/elsevier/pdf/124/124v41n04a13090922pdf001.pdf


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